domingo, 12 de septiembre de 2010

INFORMACION A LAS FAMILIAS

Cuando realizamos cualquier actividad nuestro cerebro está atento a lo que hacemos y a otras circunstancias que puedan darse simultáneamente, p. ej., a la hora de explicar una lección en la clase puede haber un ruido en el pasillo, sonar un teléfono en un despacho cercano o escucharse algún sonido desde la calle ninguno de estos estímulos romperá la atención en la tarea que se lleva a cabo porque los procesos de atención están funcionando adecuadamente y priorizan la labor que se está realizando a otras cuestiones no relevante. En el caso de un niño con TDAH, todo llamará su atención dificultando que se centre en la lección que se está explicando. Está alerta, «a todo» lo que ocurre por insignificante que parezca para los demás.
Este estado de alerta genera una inquietud constante por no poder «desconectar» e ir perdiendo la información que después deberá aplicar en las tareas académicas. Además toda esta inquietud se manifiesta en una actividad constante, moverse en la silla, que se le caigan las cosas, etc., y tener que ser amonestado sistemáticamente por ello.
La sensación de estar siempre jugando pero fuera del juego y no poder estar al ritmo de los demás puede llevar al niño con TDAH a sentirse malo, incapaz, y generar sensaciones de displacer y trastornos de carácter emocional como la depresión, sensaciones de no valía.

Preguntas más comunes
1. ¿Qué es el TDAH?
Es un trastorno de inicio en la infancia, en el que los niños presentan una actividad motora que sobrepasa lo adecuado para su edad (hiperactividad), dificultad para mantener la atención e impulsividad (no puede esperar, actúa sin pensar, «salta a la mínima»). Puede presentar los tres síntomas: falta de atención, hiperactividad e impulsividad o alguno de ellos y sobrepasan en intensidad a las conductas de un niño «movido» o «despistado».

2. ¿A qué se debe?
Su origen se atribuye a un retraso madurativo del cerebro en el que la información que pasa de una neurona otra (neurotransmisores) es insuficiente en las áreas cerebrales que regulan la atención, el comportamiento motor, y las funciones ejecutivas. Aparece un autocontrol insuficiente, algo así como que el director de orquesta de la información que llega al cerebro no dirige bien. Al fallar el director no se puede memorizar, organizar ni planificar las tareas de una manera adecuada y se actúa por impulso, sin reflexionar.
3. ¿Es hereditario?
Es más frecuente en las familias en las que uno de los padres tiene TDAH, pero no se debe únicamente a la herencia. El consumo de alcohol, tabaco y drogas durante el embarazo, la intoxicación por plomo y algunas alergias alimentarias pueden favorecer su aparición. En algunos casos, la crianza en un hogar muy caótico con padres que no pueden hacerse cargo de sus hijos puede favorecer su aparición.
4. ¿Cuál es su evolución?
Los tres aspectos que conforman el trastorno, inatención, hiperactividad e impulsi- vidad tienen caminos diferentes a lo largo del desarrollo. Así la impulsividad tiende a desaparecer en la edad adulta, la hiperactividad baja de intensidad con los años y no siempre desaparece y la inatención se mantiene en la edad adulta en un 40- 70% de los casos. Dependiendo de la edad de diagnóstico y del tipo de tratamiento que se haya recibido los diferentes síntomas que se dan podrán mantenerse más o menos
5. ¿Hay muchos niños con este problema?
Los estudios que se han realizado en España y en otros países coinciden en que el TDAH se presenta en un 4-6% de la población infantil. Es más frecuente a los 6-9 años. Más del 80% seguirán presentando el trastorno en la adolescencia, y el 30- 65% lo seguirán padeciendo en la vida adulta.
6. ¿Las niñas pueden padecer TDAH?
Los niños son más propensos que las niñas a padecer el trastorno, 3-4 veces más. Las niñas presentan más problemas de atención y cognitivos que hiperactividad e impulsividad
7. ¿Tiene tratamiento o cura?
En los casos leves basta con orientar a los padres y que en el colegio se les ayude en sus dificultades de aprendizaje. En los casos en los que los síntomas interfieren su desarrollo escolar y social suele ser necesario el uso de medicación que ayude a su cerebro a atender, organizarse y autocontrolarse. El tratamiento de elección son los psicoestimulantes pues hacen que el cerebro funcione de una manera normal y los síntomas desaparezcan o se atenúen de una forma significativa. En los casos más graves o en los que no toleran los psicoestimulantes se pueden utilizar otros tipos de medicación (Por Ej. Neurolépticos, antidepresivos, eutimizantes). En todos los casos se debe ayudar a la familia e intervenir en el colegio. El trastorno puede desaparecer con los años o ser tan mínimo que no interfiere en la vida del sujeto. Adulto con TDAH pueden tener una energía y capacidad de trabajo muy superior a la de los demás. Hay premios Nóbel y deportistas de élite con son TDAH.
8. ¿Los psicoestimulantes crean adicción y se hará un drogadicto?
Los estudios demuestran todo lo contrario, los niños en tratamiento con psicoestimulantes (metilfenidato) presentan menos conductas adictivas que otros niños. Si necesitan medicación y no la toman tienden a ingerir alcohol, tabaco o hachís como una forma de «automedicarse» al conseguir con esas sustancias «bajar las revoluciones» de su cerebro


9. ¿Se debe a que lo hemos educado mal?
En absoluto. Pero los niños con TDAH necesitan un sobreesfuerzo por parte de padres y educadores. Les hace falta que les pongan las normas muy claras y que no se ceda ante su impulsividad y conductas escapistas ante las dificultades. De esta forma se les da el control del que carecen, hasta que aprendan a autocontro- larse y regularse. La clave está en la firmeza con cariño, necesaria para todos los niños, pero en ellos con más razón. No piensen que por darle todo lo que pide y transigir le van a hacer más feliz, favorecerán que se a un tirano y no le aguante nadie.
9. ¿Va a ser apto para estudiar?
El TDAH generalmente tiene una inteligencia normal e incluso puede ser muy inteligente. Su problema no tiene que ver con la inteligencia sino con la autorregulación y la atención. Existen dos tipos de atención: la del agricultor, que requiere una observación constante y detallada para ver cómo está la tierra, si las plantas nece- sitan agua, si va a llover…, y la atención rápida y refleja del cazador, que tiene que estar pendiente del mínimo cambio o movimiento que permita detectar a la pieza que quiere cazar. El TDAH tiene atención de cazador, lo cual es muy bueno para muchas cosas, pero plantea dificultades en el colegio pues ahí hace falta atención de agricultor. Hace falta ayudarle a desarrollar ese tipo de atención para poder rendir bien en los estudios y enseñarle a autorregularse. Existen adultos con TDAH que han brillado en sus carreras e incluso obtenido el premio Nóbel.

10. ¿Va a estar siempre solo y sin amigos?
El déficit de atención, la hiperactividad y la impulsividad dificulta el juego colabora- tivo y la socialización, por ello los compañeros le rechazan. Si se atenúan los sínto- mas les aceptan, pues suelen ser niños cariñosos y ávidos de integrase con los demás.

12. ¿No es la hiperactividad algo normal en la infancia, por qué ahora es un problema?
En la sociedad actual los niños están hiperestimulados por el consumo, los padres no tienen apenas tiempo para ocuparse de los hijos, no se les pone límites y se les dan demasiados caprichos para paliar la falta de tiempo que se les dedica. Todo ello potencia que presenten problemas de conducta, que sean desafiantes y nega- tivistas (trastorno negativista-desafiante 2-16%, trastorno disocial 1-10%; APA, 2000). Pero si vemos como están lo jóvenes hoy día, el porcentaje sube bastante más. Eso no es el TDAH, este trastorno se da en el 4-6% de los niños. Los niños con TDAH no tratados pueden presentar más frecuentemente problemas de con- ducta, por eso es importante su diagnóstico y tratamiento precoz.

13. ¿Qué efectos produce en su desarrollo el tratamiento farmacológico? Los psicoestimulantes pueden quitar el apetito, pero se corrige fácilmente con estimulantes del apetito.

14. ¿Quién puede hacer el diagnóstico?
Pediatra, psicólogo escolar y clínico, psiquiatra. Muchas veces el pediatra lo diagnostica e inicia el tratamiento. Los psicólogos escolares y pedagogos también los detectan.
15. ¿Puede tener ansiedad y depresión mi hijo con TDAH?

Si no se le ayuda desde que es pequeño, se va sintiendo fracasado y rechazado, lo cual mina su autoestima, se siente inseguro y todo ello le puede deprimir y angus- tiar. Pero también puede suceder que un niño con depresión y ansiedad presente síntomas de hiperactividad e inatención sin ser un TDAH. El diagnóstico diferencial lo debe hacer un profesional experto


16. ¿Cómo le explico que es hiperactivo?

Suele ser útil usar el siguiente símil: «comparado con un coche, la mayoría de la gente tiene un cerebro que va a 100 por hora, pero el del TDAH va a 300, como un Ferrari. Eso le dificulta el parar quieto, pero cuando aprenda a regular mejor su velocidad podrá hacer muchas más cosas que los demás. Hay premios Nóbel, profesionales de éxito y deportistas de élite que son TDAH. Tienen mucha más capacidad de trabajo que los demás, lo que les hace falta es bajar algo la velocidad y aprender a conducir tan rápido».